Autores y obras del vanguardismo

Marcel Proust

Marcel Proust , nació en el barrio parisino de AuteuilFrancia, el 10 de julio de 1871 y murió, también en París, el 18 de noviembre de 1922. Fue un novelista, ensayista y crítico cuya obra maestra, la novela En busca del tiempo perdido (À la recherche du temps perdu), compuesta de siete partes publicadas entre 1913 y 1927, constituye una de las cimas de la literatura del siglo XX, enormemente influyente tanto en el campo de la literatura como en el de la filosofía y la teoría del arte.
Proust nació en una familia judía acomodada y cultivada (su padre era un médico de renombre internacional y su madre una mujer muy cultivada) y siempre estuvieron cubiertas sus necesidades materiales durante toda su corta vida. Fue un niño hiperprotegido por una notoria fragilidad de salud, estado que lo acompañaría durante el resto de su vida, generalmente en forma de ataques de asma, hasta sus últimos años de encierro y su temprana muerte a los cincuenta y un años.
Ya de joven comenzó a frecuentar los salones aristocráticos, lo que le permitió conocer a toda clase de literatos y artistas y, al mismo tiempo, le valió una fama de snob sobre la que André Gide, escritor y editor de laNouvelle Revue Française, se fundaría más tarde para rechazar el manuscrito de À la recherche... casi sin leerlo. Se sirvió de la fortuna familiar para vivir sin trabajar y dedicarse a escribir, aunque sin ningún éxito por más de veinte años; en ese tiempo, sólo consiguió escribir una novela que nunca concluyó y que no publicó, además de artículos y traducciones que no recibieron demasiada atención.
En 1907, comenzó la que sería la primera parte de su gran novela y que titularía Por el camino de Swann (Du côté de chez Swann), publicada en 1913 a cuenta del autor. La segunda parte, A la sombra de las muchachas en flor (À l'ombre des jeunes filles en fleur) obtuvo el Premio Goncourt en 1919, primer reconocimiento de cierta notoriedad que Proust recibió cuando le quedaban sólo tres años de vida. Muy enfermo, dedicó esta última etapa exclusivamente a terminar su obra maestra, encerrado en su casa y sin ver casi a nadie. Sin haberla acabado, murió en noviembre de 1922 de una bronquitis mal curada. Su hermano tomaría a su cargo la edición de los manuscritos, que fueron apareciendo uno a uno hasta que en 1927 se publicó el tomo séptimo y final: El tiempo recobrado (Le temps retrouvé).
À la recherche du temps perdu es una gran reflexión sobre el tiempo, la memoria, el arte, las pasiones y las relaciones humanas atravesada por un sentimiento del fracaso y el vacío de la existencia, animada por más de doscientos personajes –que Proust compuso cuidadosamente amalgamando en cada uno trazos de tal o de cual de las personas que había conocido a lo largo de su vida– y fundamentalmente por el narrador, a quien seguimos en su largo y minucioso recordar desde el día en que una magdalena remojada en té reabrió inesperadamente a su memoria las puertas de un pasado lejano y olvidado ya, que poco a poco comienza a ser exhumado mediante toda clase de recursos imaginables puestos en práctica a lo largo del relato: descripciones poéticas, comparaciones y metáforas, reflexiones filosóficas y exposiciones literarias de teorías metafísicas, anécdotas, discusiones y conversaciones que entrecruzan los más variados personajes en los más diversos lugares.
El amor y los celos, ilustrados especialmente en la relación entre Swann y Odette, así como en la que el narrador tiene con AlbertinaVarios ejes estructuran la obra, entre los cuales destacan:
  • El arte en todas sus formas: pintura, música, literatura, teatro, arquitectura, escultura.
  • La condición existencial y la subjetividad esencial que la constituye
  • Las relaciones entre tiempo y memoria.
  • Los distintos ámbitos y esferas sociales que contrastan entre sí, como la familia y los amigos, la ciudad y el pueblo, los salones burgueses y los aristocráticos.
  • La homosexualidad, tema tratado en los personajes de Roberto de Saint-Loup, el Barón de Charlus y Carlos Morel.
Proust ofrece un gran panorama de la decadencia de la nobleza francesa a fines del siglo XIX, pero también salva mediante la riqueza imaginativa de su memoria para la posteridad ese modo de vida. También escribió Los placeres y los días (recopilación miscelánea), Jean Santeuil (novela inconclusa y póstuma, publicada en 1952), además de numerosos artículos escritos para la prensa (principalmente de crítica literaria y recopilados en Contra Saint-Beuve y Parodias y misceláneas) y de una cantidad abrumadora de cartas –más de cien mil– cuya publicación se completó en 1993 y alcanzó los veintiún tomos de Epistolario. Tradujo a John Ruskin (The Bible of Amiens, Sesame and Lilies) con ayuda de su madre, de excelente inglés, para la comprensión del idioma.
Sus obras:
En general la obra de Proust posee un estilo literario muy característico e inconfundible, influido por el impresionismo y con marcado carácter simbolista. Domina un tipo de descripción atomizada y narrativamente recurre a un tempo lento y moroso, de párrafo amplio y complejo; su manera de abordar cualquier cuestión es siempre indirecta, en espiral.
Huyendo del realismo y sus excesos naturalistas, Marcel Proust mostrará su transfiguración de la realidad por medio de distintas formas de subjetivismo, como por ejemplo la forma imaginativa de tratar el tiempo y sus observaciones y descripciones impresionistas, pero todas estas técnicas quedan resguardadas a la sombra de la principal característica de la obra de Proust: el fluir proteico de la conciencia, reducida a la durée bergsoniana.
Proust hace uso del monólogo indirecto, el cual supone la presencia de un narrador omnisciente que presenta pensamientos no articulados por la palabra y regularmente conduce al lector a través de una estructura episódica que también es una modificación de la clásica estructura tradicional, por dos razones: por el uso de la analepsis o flashback y por su especial contenido temático. El contenido de la novela no es lineal, y solo reduciéndolo a la caricatura puede denominarse argumental, porque no narra sucesos, como en la escuela tradicional, sino el efecto que producen en la sensibilidad, el pensamiento, la imaginación y la memoria. La obra de Proust presenta también diálogos simultáneos que suceden en un mismo tiempo-espacio.
Los cambios de narración, de lugar, de tiempo, de perspectiva y de narrador, hechos a partir de recuerdos, ofrecen una impresión especial. La novela proustiana posee un tiempo psicológico, manipulado por el narrador.
Los placeres y los días (Les Plaisirs et les Jours en francés) es un libro del escritor Marcel Proust, que fue publicado por el propio autor en 1896. Consiste en una recopilación de breves narraciones (relatos, pinceladas, poemas, y reflexiones), con cierta influenciadecadentista, que redactó entre sus veinte y veintitrés años. Se trata de su primera publicación. El título es una reformulación de Los trabajos y los días, obra de Hesíodo, con un componente decadentista en la sustitución de trabajos por placeres.
Thomas Mann
Thomas Mann (LübeckImperio alemán6 de junio de 1875 – ZúrichSuiza12 de agosto de 1955) fue un escritor alemán nacionalizado estadounidense. Considerado uno de los escritores europeos más importantes de su generación, Mann es recordado por el profundo análisis crítico que desarrolló en torno al alma europea y alemana en la primera mitad del siglo XX. Para ello tomó como referencias principales a la Biblia y las ideas deGoetheFreudNietzsche y Schopenhauer.
Thomas Mann recibió el Premio Nobel de literatura en 1929, «principalmente por su gran novela, Los Buddenbrook, que ha merecido un reconocimiento cada vez más firme como una de las obras clásicas de la literatura contemporánea».
Su obra:
Basada en la propia familia de Mann, la novela Los Buddenbrook (en algunos de cuyos pasajes el autor utiliza el bajo alemán, hablado en el norte del país) narra el declive de una familia de comerciantes de Lübeck, a lo largo de tres generaciones.
En esta etapa inicial de su obra centró la atención en la conflictiva relación entre el arte y la vida, que abordó en Tonio KrögerTristán y La muerte en Venecia, y culminaría posteriormente con Doctor Faustus. En La muerte en Venecia describe las vivencias de un escritor en una Venecia asolada por el cólera; dicha obra supone la culminación de las ideas estéticas del autor, que elaboró una peculiar psicología del artista.
La montaña mágica (Der Zauberberg, 1924), por su parte, cuenta la historia de un estudiante de ingeniería que planea visitar a un primo enfermo en un sanatorio suizo con objeto de hacerle compañía por espacio de tres semanas, que finalmente se transforman en siete años. Durante este tiempo el protagonista, Hans Castorp, pondrá en oposición a la medicina y su particular punto de vista sobre la fisiología humana, se enamorará y trabará relación con multitud de interesantes personajes, cada uno con sus particular forma de ser e ideología política. A través de todo ello, Mann hace repaso de la civilización europea contemporánea. La novela, que empezó a escribir en 1913, muestra su evolución ideológica durante aquellos años: terminada la guerra retomó la redacción reescribiendo todo el material anterior e incorporó el impacto que le produjo la experiencia bélica que había atravesado Alemania.
Mann fue laureado con el Premio Nobel en 1929 principalmente en reconocimiento a la inmensa popularidad que cosechó tras la publicación de Los Buddenbrook (1901) y La montaña mágica, así como por sus numerosos relatos breves, aunque en el acto de entrega solo se citó expresamente la primera de estas obras.



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