Con la expresión literaturas europeas de vanguardia se empezó a conocer, durante la primera guerra mundial, una serie de inquietudes artísticas que buscan romper con las formar artísticas tradicionales. Sin embargo, estas nuevas propuestas no eran uniformes, sino que se manifestaron en un gran numero de movimientos, cada uno de ellos con sus particularidades, intenciones y técnicas propias, que tenían en común el proyecto de construir un nuevo tipo humano, una nueva cultura y, por supuesto, una nueva sociedad. Los unía el deseo de crear un arte radicalmente nuevo que postulara nuevas perspectivas artísticas y estéticas.